11 de septiembre de 2013

19: Miko

Hacía calor, y mucho. Me dirigí a un pueblo japones lo bastante grande como para perderse con facilidad. Todo esto despues de lo sucedido con mi hija, a la cual tuve que curar tras casi diez minutos de heridas sin interrupción. Acabó muy cansada y me sorprendió mucho, pues se curaba rapido y quizá en dos o tres ocasiones había podido esquivar uno de mis golpes. Al final logré hablar con ella y le convencí para que me ayudara a hacer algunos de mis trabajos más fáciles, como apaciguar algunos demonios de las regiones nevadas del Himalaya. La verdad es que la Tierra era enorme, pero no tan grande como Dyfirnia, mi lugar natal. 

10 de septiembre de 2013

18: Regreso

Hasta este momento habían ocurrido muchas cosas a lo largo de mi vida. Ryuusuke, Mercenarios, Zanar, Ai... Incluso perdí mis poderes, aunque los he recuperado en parte gracias a Misagi. Decidí volver a casa, mi hogar. Tenía tantos lugares donde volver que no sabía cual tomar. Entonces lo ví, recordé una casa acogedora, llena de calor. Fue donde Yuzuki y yo pasamos nuestro corto periodo de tiempo juntos. Puede que si vuelvo, pueda descansar tranquilo y en solitario. Pero no era eso lo que sucedería. Esto sería lo que la gente llama un hogar dulce hogar, pero sin el dulce, más bien estimulante. No fue más que abrir la puerta y me encontré de frente con una chica casi sin ropa y con media docena de bollos sobre un plato. Mis ojos como casi salen volando de la impresión. Incluso diría, que casi me da por reir.

8 de septiembre de 2013

17: Recuperación.

Mis tropas estaban destrozadas, desmoralizadas y lo peor... sin fuerzas. No podía volver a aquel infierno sin un ejercito fuerte. No esperaba ver a Misagi en aquel lugar, de hecho, no esperaba verlo jamás. Recordaba perfectamente como lo torturé hasta matarlo. ¿Habrá sido una ilusión? ¿Quizá una broma cruel del destino? Estaba convencido de que había algo más detrás y me propuse averiguarlo sin vacilar ni un momento. 

Al día siguiente, con una tropa recuperada y a mi completa disposición, regresamos a nuestro combate para vengar a los hombres muertos, pero mi objetivo era distinto. Si el seguía vivo, podría aprovecharme de alguna manera de la situación.